VIGO Y SU PAPEL EN LA BATALLA NAVAL DE RANDE DE 1702

 

Aunque bastante se ha escrito sobre la batalla naval de Rande, muy poco se conoce del papel que jugó la villa amurallada de Vigo y su fortaleza del Castro. Nos hace pensar en lo mínimo que participó en la misma, preocupada más en su propia defensa durante la misma y sobre todo por si al retirarse los vencedores decidían atacarla.

Los hechos históricos son muy claros sobre el combate y de forma resumida podemos describirlos así:

La flota de Indias había llegado a la ría de Vigo el 22 de setiembre de 1702 alertada de que una escuadra anglo-holandesa, al mando del almirante George Rooke, estaba asediando Cádiz y que debían buscar refugio seguro para evitar un ataque. Los galeones españoles que portaban la valiosa carga estaban bajo el mando del general y almirante Manuel Velasco y Tejada y los navíos francesas que los defendían, estaban a las órdenes del conde de Châteaurenault, François Luois de Rousselet.

Según las versiones más reconocidas por los historiadores que estudiaron el tema, hasta la llegada de los barcos enemigos, se dispuso el desembarco de la mayoría de los objetos de valor que transportaban los galeones, disponiendo para ello de numerosos animales de carga y hombres.

El 23 de Octubre la citada fuerza naval enemiga estaba en la entrada de la ría de Vigo y se encontrada dispuesta a entrar en combate con la hispano-francesa, que se encontrada atracada al fondo de la ría, concretamente en la denominada ensenada de San Simón, situada justo después del estrecho de Rande, defendido a ambos lados por los fuertes de Rande y Corbeiro, unidos por una barrera de hierro y madera, de punta a punta, para impedir el paso a las embarcaciones enemigas.

La estrategia de los atacantes fue realizar un asalto por tierra coordinado a los dos fuertes, que con sus cañones amenazaban la entrada de parte de los barcos que iban hacia la barrera que impedía la entrada hacia donde se encontrada la flota hispano-francesa, con los barcos franceses delante de los galeones para defenderlos mejor, cañoneando a los enemigos cuando pasasen el estrecho.

Los fuertes fueron reducidos fácilmente, por la superioridad numérica de los atacantes, que al tomar posición de los citados puntos, aprovecharon sus mismos cañones para atacar a los barcos defensores galos. El resultado final es de todos conocido: rompen la barrera y se entabla un combate del que obtiene una victoria rotunda la flota anglo-holandesa, hundiendo barcos y apresando otros.

Hasta el 30 de ese mes, que deciden salir de la ría de Vigo, toda la zona de Redondela va a sufrir el saqueo y podemos pensar que la villa de Vigo, podría estar preocupada porque  podría ser atacada y conquistada por la gran fuerza de barcos y hombres que se encontraban a las puertas de sus murallas.

Sobre el papel que jugó la villa de Vigo y su fortaleza del castro, sólo poseemos una fuente documental que nos informa que la defensa que se planteó desde tierra contra la armada enemiga, se redujo a reforzar a los defensores de los fuertes de Corbeiro y Rande con nueva tropa francesa, española y milicia local. Para la defensa de Vigo se destinaron unos 1.000 hombres, unos 500 fueron para la fortaleza de O Castro y 300 para la de San Sebastián y finalmente otros 1000 ocuparon posiciones en la zona de Teis, esto es, entre Vigo y la fortaleza de Rande.

También se nos relata que a algunas de estas fortificaciones se llevaron piezas de artillería procedentes de la flota armada, para reforzar su capacidad de tiro y poseen más cañones para atacar al enemigo. Se nos cuenta sobre este particular, que llegaron a cañonear parcialmente algún barco enemigo, pero que al estar la flota anglo-holandesa estratégicamente situada fuera del radio de alcance la la piezas de artillería, el resultado fue mínimo. Eso si, pensamos que sirvieron para disuadir de un enfrentamiento directo contra la villa y al estudiar la posibilidad de realizar el asalto de la misma, analizando sus bajas posibles y lo que conseguirían con una victoria, se dieron por satisfechos con lo conseguido y decidieron no perder más hombres para no lograr nada que superase lo que ya habían conseguido.

Lo expuesto nos hace plantear numerosas preguntas a las que en la actualidad no podemos dar respuesta. Es necesario analizar otras fuentes documentales de la época, para que nos puedan informar más sobre el papel que poseyó la villa de Vigo y sus fortificaciones en esta batalla; en los preparativos para la defensa a la llegada de la flota enemiga; en la descarga de las mercancías de los galeones; en el momento del ataque por tierra y mar; en los días posteriores a la victoria y al saqueo de las zonas limítrofes; y finalmente en la estrategia final para repeler un posible ataque antes de la salida de los enemigos de las aguas de la ría.

Nota.- Ilustra ente breve comentario un detalle del famoso grabado de Anne Beek sobre la batalla, en la que se aprecia perfectamente como hacen fuego los cañones de Vigo y Cangas do Morrazo a la fuerza naval anglo-holandesa y su posición de combate; el desembarco de las tropas inglesas en lanchas en Teis para conquistar el fuerte de Rande; las baterías del fuerte de Rande y de Corbeiro disparando sus cañones; la barrera que unía a las citadas fortificaciones para impedir pasar el estrecho de Rande y finalmente la disposición de la flota hispano-francesa en la ensenada de San Simón antes que los enemigo lograrán pasar el estrecho y dar inicio a la batalla naval final.














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