LA CREACIÓN DEL GRAN PARQUE PÚBLICO FORESTAL DEL CENTRO DE VIGO

 

El primer proyecto que se realiza para el ajardinamiento del monte lo realiza Jenaro de la Fuente con fecha de 30 de setiembre de 1903 y lleva por título “Obras de embellecimiento del Monte del Castro”, aprovechando que se están llevando a cabo las obras para la construcción del Depósito de Abastecimiento de Aguas. Como de aquella el monte aún está bajo mando militar, no le van a permitir que se realicé y va a quedar igual.

Hacia 1920 ya se tiene clara la idea que solicitar la cesión del monte para el disfrute de los ciudadanos y por ello, se está pendiente de las posibles modificaciones urbanística que puedan afecta a este espacio verde, que a igual que todo Vigo, está dentro del ámbito del “Proyecto de Reforma y Ensanche de la Ciudad de Vigo” del ingeniero Ramiro Pascual Lorenzo, de 1807, en que ya se planificaban una serie de trazados de calles y posibles edificaciones en las inmediaciones del monte. Ante la gestión y probable aprobación de otro proyecto que pretendía modificar la edificación en la zona, en 1930 se van a establecer unas normas para impedir esas actuaciones.

En 1932, con el conocido “Plan de Extensión y reforma interior de Vigo, de Antonio Palacios, se plantea una reforma total del monte, aque supondría la total destrucción de lo que hoy queda de este espacio, incluida su fortaleza. Por suerte no se llevó a cabo.

Será en 1943 con el denominado “Proyecto de reforma interior y ensanche y extensión de Vigo” del ingeniero Manuel Cominges, el que le de al monte la configuración urbanística que ha llegado hasta nosotros. Va a afectar sobre todo a la totalidad del perímetro del tercer recinto de la fortaleza y su camino cubierto al reducto de San Felipe, en el cuyo lugar posteriormente se construirá un pequeño parque infantil, que se convertirá en el denominado Paseo de Rosalía de Castro. Delante de la puerta sur del segundo recinto se ubicara una plazoleta con una fuente y en el exterior de la puerta secundaria del mismo recinto, se construirá un pequeño estanque de patos.

En esa época también debió acometerse la construcción de las escalinatas por la zona norte, así como la plantación de plantas de jardín y árboles en determinadas zonas, por los servicios municipales correspondientes, que crearon espacios diseñados sin una planificación previa conjunta.

Pero va a ser el “Plano general de ordenación urbana de Vigo de 1971” el que va a perjudicar más al monte en su aspecto más global, al permitir la edificación en sus laderas este y oeste, lo que va a limitar el espacio verde existente y por otro lado, la visión lejana del mismo va a ser totalmente modificada.

Finalmente, en el último planeamiento urbanístico de Vigo, de 2008, se va a permitir la ampliación de un restaurante, construido ilegalmente en 1950, sobre las tenazas del segundo recinto y tapando la visión del medio baluarte denominado punta del Diamante del primer recinto, además de dejar construir edificaciones en altura en las inmediaciones de su lado sur.

A continuación damos cuenta de varias obras realizadas en el monte, que de una forma y otra han cambiado la estructura primitiva de la fortaleza en los últimos años. Así tenemos, dos monumentos inagurados en 1967: el primero está dedicado a “Los Galeones de Rande”, obra del arquitecto Desiderio Pernas, en el que podemos observar, en una gran explanada ubicada hacia la ladera norte, tres anclas y varios cañones, en homenaje de la famosa batalla naval de 1702; y el segundo, dedicado al gran artista medieval Martin Codax, en el que podemos observar en otra explanada fuera del tercer recinto hacia el suroeste, un pequeño estanque con una gran piedra marina, con una placa de bronce en la que podemos leer “ La ciudad de Vigo a su cantor Martín Códax, trovador y juglar del sigo XIII”.

El primer o principal recinto de la fortaleza va a ser totalmente modificado su interior hacia 1965, poco después de la cesión de este espacio al pueblo de Vigo. El ayuntamiento va a destruir las dependencias militares existentes, incluida la antigua ermita de Nuestra Señora de O Castro”(que aún se conservaba en pié, en su totalidad, aunque algo reformada por el paso del tiempo y sus diversas funciones desempeñadas) y a continuación va a reorganizar alterar el espacio primitivo, añadiendo terrazas, escalinatas, ,,, y decorando el lugar, con flores, árboles,… y diversas obras escultóricas de variada tipología, que muestran un diseño integral interior, totalmente distinto al trazado original que poseyó cuando fuese castillo. Sólo las largas y pétreas cortinas que unen los baluartes y sus garitas, nos recuerdan su pasado como principal defensa de nuestra ciudad.

Tenemos que acabar este apartado citando por desgracia, dos construcciones que alteran el conjunto de este parque y que esperamos que se tomen las medidas pertinentes para solucionar este tema: la primera corresponde a la cafetería que está pegada al muro sur del segundo recinto de la fortaleza( a la izquierda de su puerta), apoyando sus paredes en en los muros defensivos por un lado y por otro, ocultando los mismo a la vista del público, ofreciendo con ello, una lamentable visión del conjunto; y la segunda, es otra cafetería (hoy ya cerrada) situada entre el antiguo tercer recinto fortificado y el citado monumento a Martin Codax.

Por último comentar que urge llevar a cabo una reorganización de los espacios verdes, esculturas y las diversas edificaciones distribuidas por todo el parque, priorizando el poder devolver a este lugar, su primitiva imagen, elaborando un proyecto para planificar mejor el reparto de los elementos que configuran un parque público, moderno y atractivo, a la vez que respetuoso con su patrimonio natural y cultural.