EL CASTRO DE VIGO: EL ORIGEN DEL " VICUS HELLENI" O EL VIGO ROMANO (VIII)
Uno de los datos más llamativos, es la enorme extensión que en su época llegó a tener el castro de Vigo, elevándose a casi 20 hectáreas, si tenemos en cuenta los resultados obtenidos en los sondeos realizados, repartidos por todo el monte y los hallazgos casuales y aislados, que señalan otros puntos de interés arqueológico, que en ocasiones, se sitúan ya en las zonas adyacentes del núcleo principal del castro.
Así pues asistimos a un proceso mediante el cual, en el valle del Fragoso, antes de la llegada de los romanos, hay un total de unos 27 castros. En el siglo I después de Jesucristo, la mayoría de los mismos se deshabitan, y sus gentes van a ocupar ocho de ellos (los que han llegado a nosotros con mayores dimensiones, posiblemente, por esta circunstancia), entre los que sobresaldrá el castro de Vigo. Como comentamos, la ocupación de este yacimiento alcanza los siglos II-III después de Jesucristo, para posteriormente ser abandonado poco a poco. Sus habitantes irán a vivir a zonas más cercanas al valle y a la zona del puerto ( lo que hoy constituye el “casco antiguo” de la ciudad). El núcleo del Vicus Helleni, estaría constituido a partir de los siglos I-III después de Jesucristo, en torno al castro de Vigo y una amplia área que iría desde el incipiente embarcadero, que poco a poco se va hacer más grande, detectado en la zona del Arenal, con sus fábricas de salazón y salinas, hasta la parte alta del “casco vello”, como lo evidencias los hallazgos arqueológicos de las calles de Rosalía de Castro, Colón, Marqués de Valladares, Carral, Joaquín Yáñez,….hasta el entorno de la Colegiata.
Tenemos pues, que en los dos primeros siglos de nuestra era, el área del Vicus Helleni, va estar bien definida y también sus funciones. Así sabemos que la zona del Areal y cercanías, será en donde se concentre la actividad portuaria e industrial, relacionadas con las salinas y cuando están son abandonas ( hacia finales del siglo II ), este lugar, se va a convertir en la gran necrópolis del siglo III-IV, tan bien documentada por el hallazgos de numerosas tumbas de esa época y la extraordinaria colección de estelas funerarias romanas, que hoy día se pueden contemplar en el museo municipal “Quiñones de León” de Vigo.
El fin de esta zona como área de trabajo y su paso a lugar que se convertirá en el cementerio de esa época, va a potenciar la aparición de numerosas villas romanas en el litoral, a uno y al otra lado del “Vicus Helleni”, que serán autosuficientes en su economía, poseyendo fábricas de salazón propias. Este el caso de la villa romana de O Cocho, O Fiunchal,..Ya estamos hablando de un período cronológico que abarcará los siglos III y IV, pudiendo llegar a hasta los dos siglos siguientes.
Volviendo al tema que exponíamos, podemos decir que a medida que van siendo abandonados los castros a partir del siglo II-III, los habitantes pasan a habitar el citado vicus, el cual a su vez atrae a gentes de otros puntos de la península como por ejemplo, la importante ciudad de Clunia, en la provincia de Burgos, que nos habla de la pujanza económica de este poblamiento, atrayendo con ello, la migración de gentes de la meseta y norte de Portugal a nuestra área geográfica.
La actividad industrial, relacionada con productos del mar, como es el funcionamiento de las grandes salinas y las fábricas de salazón, estará detrás de ese auge económico que se produce en la intensificación de las relaciones comerciales marítimas, que van a dejar como muestra de las mismas y del intercambio comercial existente, la gran cantidad de objetos de lujo importados de diferentes lugares de todo el Mediterráneo ( destacando los procedente de la lejana parte oriental del mismo), tanto cerámicos, metálicos o de vidrio.
Para finalizar y teniendo en cuenta la constante aparición de construcciones y materiales romanos en la zona que mencionamos, no dudamos que en un futuro próximo, la importancia que tuvo el “Vicus Hellín” en esta época romana, que hace pocos años sólo se dejaba intuir, se verá incrementada y se podrá juzgar con más datos sobre la mesa, pudiendo plantearse una serie de cuestiones ,que hoy en día sólo se puede manejar como hipótesis, relacionadas al papel fundamental que jugó este núcleo habitacional y económico, en los siglos de la mal llamada “crisis del imperio” o “época oscura del mismo”, que se traducirá en la continuidad de las relaciones comerciales hasta un bien entrado siglo VI, si tenemos en cuenta las primeras valoraciones de los datos arqueológicos encontrados hasta este momento, unido a la existencia de las villas romanas que van a rodear este agrupamiento humano y que van a continuar estando habitadas hasta ese período cronológico.
Para finalizar aclarar que he tomado el término “helleni” y no de “Spacorum o Búrbida” u otros, para no entrar en más debates sobre la ubicación del antiguo Vigo en fuentes latinas, considerando adecuado el nombre que usamos, al referirnos al área geográfica en la que se documenta este pueblo prerromano en diferentes trabajos sobre el tema de la distribución de los asentamientos de las tribus en Galicia a la llegada de los romanos.
También y por último aclarar que cuando hablamos de un “vicus” no nos estamos refiriendo a lo que viene definido por la palabra latina y su significado (aldea) sino a una gran agrupación o núcleo de población con gran cantidad de estructuras habitacionales, de trabajo y de enterramiento, complementadas con vías de comunicación internas que nos llevan a dar a ese tipo de asentamiento esa denominación de la que no poseemos hoy en día, un término exacto para definir este modelo de población, entre aldeas propiamente dicha y ciudades.
Nota.- Ilustra este comentario, un mapa y plano del Vigo romano y la distribución de sus emplazamientos más representativos.


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