EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL CASTRO DE VIGO. CAMPAÑA DE 1983

 

Para resumir esta campaña de 1983, haremos un breve resumen en que consistió la excavación y las estructuras que se desenterraron y por otro lado, se analizarán de forma resumida los materiales arqueológicos más importantes encontrados en esta intervención. Para más detalles de la misma se puede consultar el libro “Castro de Vigo. Campaña 1983” escrito por José Manuel Hidalgo Cuñarro, que corresponde al número 1 de la serie Arqueoloxía/Memorias, publicado por el Servicio de Arqueología de la Dirección Xeral do Patrimonio Artístico e Monumental da Consellería de Educación e Cultura da Xunta de Galicia, editado por Velograf, Santiago de Compostela, 1985. 57 páginas de texto e ilustraciones (Dibujos y fotografías). Con este número se inicio esta interesante serie monográfica, que por desgracia se dejo de publicar al cabo de unos años.

La excavación

Para completar la excavación total de la vivienda rectangular localizada el año pasado se abrió un cuadro de 4 x 4 metros y una cuadrícula de 2 x 5 metros. Pudimos comprobar como esta casa poseía una pared adosada a la roca base que se había rebajado para este fin y cerca de su esquina próxima, se encontró, parte del umbral que poseía. Se pudo seguir documentando el pavimento bien conservado, el hogar y el derrumbe de paredes y tejas romanas en la parte más alta conservada, que llegó a un metro.

Hacia el sur se van abrir tres cuatros más de 4x4 metros y una cuadrícula de 4x2 metros. La excavación puso al descubierto una mayor parte del canal encontrado el año pasado y en uno que se bifurcaba, un hogar formado por piedras delimitando un espacio rectangular, con claras señales de fuego y encima del mismo, por lo que nos documentaba que su funcionamiento es posterior al uso del canal. Ya hacia el norte, al borde de la pista asfaltada, cerca de un muro localizado el año pasado, al abrir otra cuadrícula de 2x5 metros se localizó un pequeño “concheiro” con numerosos restos de moluscos y una espina de pez, así como restos óseos de la familia “bovidae (capra hircus/ovis aries L. y bos tauros) y “suidae” (sus scrofa ssp.). Para finalizar esta campaña se llevaron a cabo 3 cuadriculas hacia el naciente de diferentes medidas. En uno de ellos, se localizó un pavimento de cerámica muy bien conservado que poseía sobre el mismo un extraordinario derrumbe de tejas romanas, algunas con curiosas marcas de alfareros y hasta un fragmento de sierra de hierro que se pudo datar en época flavia o ya de Trajano. Y en la última cuadrícula se localizó un nuevo hueco excavado en la roca de forma circular y de un metro de diámetro y altura.

Como novedad en esta campaña se realizó el primer  sondeo de 3x3 en la parte alta del monte, a 135 metros de altura, entre la primera y segunda muralla de la fortaleza, hacia el naciente. Se planteó esta intervención en esta zona inédita del castro, para posee un “cuadro guía” que nos sirviera para actuaciones futuras poseer una estratigrafía ya definida. Por desgracia, no alcanzó el metro de potencia con un nivel revuelto muy grande, llegando a un pavimento de tierra pisada que no se pudo datar y debajo del mismo, ya aparecía la roca base del monte.

Los materiales

El material cerámico recogido fue muy abundante como en las campañas anteriores. Mencionar que se localizaron 38.802 piezas, de las que se inventariaron 3.879 por presentar características especiales, como ser fragmentos de bordes, asas, poseer decoraciones, fondos,..)

- A la hora de hablar de la cerámica indígena de cocina, hay que hacer referencia a dos tipología que se repiten mucho y son muy frecuentes en castros del norte de Portugal. Nos referimos a las vasijas denominadas “de asas interiores” y las “de oreja”. La primera posee un diámetro medio de unos 50 centímetros y posee dos asas en su parte interna, paralelas al borde y fondo, pero que en ocasiones y esta circunstancia las hace únicas, en vez de dos asas posee cuatro, para reforzar este sistema de suspensión. Y la otra vasija de cocina, de unos 15 cms. de diámetro en su boca, se llama así, pues posee en lo alto de su borde una perforación para facilitar su función de ser colgada sobre el fuego. Posiblemente imita modelos de bronce anteriores y la cronología que podemos darle se sitúa entre el siglo I antes de Jesucristo y mediados del siglo I después de Jesucristo. Por primera vez se localizó un fragmento cerámico con numeras perforaciones y que se suelen clasificar como pertenecientes a "queseras" o "coladores". La cerámica fina nos presenta una rica decoración geométrica conseguida aplicando diversas técnicas, en ocasiones, combinando varias, como la incisión con el estampillado o decoración plástica,..

- Se localizaron un fragmento de “terra sigillata” gálica y numerosos de “terra sigillata” hispánica tanto lisos como decorados. También dos fragmentos de “marmorata” y de nuevo, numerosos ejemplares de cerámica pintada romana, destacando uno de 24 centímetros de diámetro en su boca y con una asa decorada.

La cerámica común de cocina y mesa (jarras, cuencos, platos,..), transporte y almacenaje fue muy numerosa, destacando una asa de ánfora romana con la marca L. LOR. También mencionar una “tegulae” con la letra S (en mayúsculas” con una marcación muy bien conservada).

- En cuanto a bronces, se continuaron encontrando varias fíbulas de bronce, tipo “anulares romanas”, unas “de omega” y otras “de aro interrumpido”; otra “trasmontana, otra “de largo travesaño sin espira” una “ de chanela y arco; y para terminar, una de las conocidas como “ de tipo La Tène”.

- De hierro, destacar la citada sierra de 34,5 centímetros de largo por 3,5 centímetros de ancho, observándose con claridad los denominados dientes de la misma.

- Los restos óseos como mencionamos anteriormente, corresponden a buey/vaca, cabra/oveja y cerdo/jabalí.

- Por último, continuaron siendo muy numerosos los hallazgos de pesos de pesca; alisadores; un machacador; un fragmento de hacha pulimentada; una piedra de afilar;..

Nota.- Ilustran este breve comentario varios fotografías: una corresponde a la portada del citado libro; el primer sondeo realizado en la parte alta; pavimento romano con “tegulae” con marca “S” y fragmento de sierra de hierro; vista total de la vivienda romana completa y detalle del derrumbe localizado en su excavación; excavación del hogar encontrado sobre el canal; y una reconstrucción de la vasija indígena de asas interiores, que se puede contemplar en el museo municipal” Quiñones de León” de Vigo.

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