ARMAS Y HERRAMIENTAS DE HIERRO DEL CASTRO DE VIGO

 


A lo largo de las diferentes campañas arqueológicas realizadas en el castro de Vigo, en concreto relacionadas con el poblado protohistórico que se asentó en todo el monte, desde la cima a su laderas más extremas, en sus períodos cronológicos que podemos diferenciar como “poblamiento castreño prerromano” y “habitat galaico-romano”, se han podido encontrar numerosas piezas de hierro, que aunque por las características de la tierra en las que fueron localizadas que hace muy difícil rescatarlas, gracias a un cuidadoso y riguroso trabajo de recogida “in situ” y posterior una muy buena restauración, fue posible conservar y recuperar las mismas y con ello poder identificar y conocer el uso y función que poseyeron cuando fueron fabricadas.

Podemos clasificar estas piezas metálicas en base a lo citado, en dos grandes grupos: las que corresponden a armas y a las destinadas a la realización de trabajos agrícolas, artesanales y otros.

Es interesante mencionar antes de pasar a analizar las mismas, que en los trabajos arqueológicos fueron localizados diversos crisoles, moldes y escorias de fundición de hierro, lo que nos documenta que en el poblado existieron diversos pequeños talleres metalúrgicos que proporcionaban a sus habitantes los objetos que demandaba.

También hay que tener en cuenta que aunque vamos hablar de armas no podemos hablar necesariamente de una sociedad plenamente guerrera, como en ocasiones se plantea. La actividad bélica puede ser ocasional y defensiva y por los tipos de objetos que vamos a tratar (cuchillos, lanzas, jabalinas, fechas,..) pueden utilizarse perfectamente en la caza, por ejemplo o en actividades cotidianas vinculadas a la alimentación.

En cuanto a las armas que pudimos documentar fueron fundamentalmente, cuchillos de diferente tipología y dimensiones; puntas y regatones de lanzas y jabalinas; así como puntas de fecha y dardos.

El cuchillo mejor conservado posee la hoja curva en su parte media y posee dos agujeros en su espigo para facilitar su enmangue, cuya empuñadura sería de madera o hueso, por lo que no ha llegado hasta nosotros. La longitud de la hoja es de 25,5 centímetros y su anchura en la zona curva es de 3 centímetros, midiendo su espigo 4 centímetros de largo por 2,5 de ancho y su anchura en la zona curva es de 3 centímetros, presentando una sección triangular su hoja y rectangular el espigo. Otras dos hojas de cuchillo, también con sus zonas de enmangue, miden mide 15 y 9 centímetros, respectivamente.

Una punta de jabalina posee la parte superior maciza y la inferior, hueca, en forma de tubo, para facilitar al enmangue al mástil de madera. Mide 9 centímetros de largo por 3 centímetros en su zona inferior. Por último, un dardo, fecha o similar, nos presenta su punta y parte de su varilla (fundidas en una única pieza), es de sección cuadrada, mide 6,5 centímetros, estando incompleta y midiendo unos 2 centímetros de ancho y grosor en su zona de unión.

En lo que se refiere a los objetos que podemos vincular al trabajo y clasificar como herramientas o utensilios empleados en la vida cotidiana poseemos, relacionados con la agricultura son en su mayoría hoces de hojas curvas de diversas tipología y medidas.

En relación a estos, tenemos parte de una hoja de hoz y zona de enmangue con remache para su sujeción al mango de madera. Es de sección triangular, mide unos 14 centímetros de largo, 3,5 centímetros de ancho en su parte central y 1 centímetro de grosor.

Los instrumentos que a su vez nos van a hablar de trabajos de carpintería, cantería y similares, nos viene dado por fragmentos de una sierra o de un cincel ; anillas, aros o argollas de cadena de variada tipología y medidas; clavos de diferentes longitudes, grosores y formas de cabezas (cuadrada, rectangular o romboidal), algunos conservando el aplique al que iban unidos; etc.

Destaca la hoja de sierra, de unos 34,5 centímetros de longitud y 3,5 centímetros de ancho medio, que conserva bien los dientes de la misma, pero le falta la zona de enmangue y el remate.

Los paralelos más cercanos, por su tipología y medidas, los poseemos en el norte de Portugal y en el noreste de España, ambos datados desde época de la dinastía flavia (hacia finales del siglo I después de Jesucristo) hasta el emperador Adriano (l17-138 después de Jesucristo), como sucede en nuestro caso, en donde podemos concretar, que apareció encima de un buen pavimento romano acompañada de una moneda del mencionado emperador.

Menos numerosos se localizan otros objetos relacionados con el trabajo fabricados en bronce, como fueron anzuelos; dos grandes agujas, una de cabeza enrollada y la otra con una pequeña perforación o agujero en su parte superior; la parte superior de la hoja de un cuchillo que presentaba el agujero para su sujeción al mango; clavos de cabeza semicircular y sección romboidal y otros, de cabeza aplastada y sección cuadrangular; tachuelas;..Para final, comentar dos piezas de plomo en este apartado: un colgante de forma troncocónica y una gran laya de sección semicircular de unos 5,5 centímetros de largo, que se conserva entera, utilizada para reparar recipientes cerámicos, uniendo con firmeza partes rotas de las vasijas.

Nota.- Ilustran este breve comentario dos imágenes: una nos muestra la hoja de sierra en el momento de ser localizada sobre un piso de una vivienda, cubierto del derrumbe de la misma; y varias armas (puntas de lanza, jabalina, fecha o dardo) procedentes de las excavaciones del Castro de Vigo, que están expuesta en la sala de arqueología del museo municipal “Quiñones de León” de nuestra ciudad.


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